La pasión no siempre se mantiene igual con el paso del tiempo. La falta de deseo en la pareja es más común de lo que parece, pero muchas personas la viven en silencio, sintiendo culpa, rechazo o incluso miedo de estar en una relación «rota». En este artículo te explico por qué ocurre, qué factores la alimentan y, sobre todo, qué puedes hacer para reconectar con el deseo desde un lugar sano y realista.
La falta de deseo sexual en la pareja no siempre implica que se ha perdido el amor o que la relación está en crisis. Puede ser una señal de que algo necesita atención, dentro o fuera de la relación.
El deseo sexual es algo vivo, que cambia con el tiempo y que está influido por factores físicos, emocionales, relacionales y sociales. Lo importante es no ignorarlo ni asumir que «es lo que hay».
Jornadas largas, cuidado de hijxs, preocupaciones económicas… Todo esto puede dejar poco espacio para el encuentro íntimo y emocional.
Hacer «siempre lo mismo» puede apagar la chispa. El deseo necesita un poco de misterio, juego y novedad.
Cuando una pareja no se siente emocionalmente conectada, el cuerpo lo nota. La distancia emocional se traduce muchas veces en distancia sexual.
No sentirnos cómodxs con nuestro cuerpo también puede influir en el deseo. El autoconcepto sexual se construye en parte desde lo que creemos que el otrx piensa de nosotrxs.
Es normal que una persona quiera más o menos sexo que la otra. No es un problema en sí, pero sí puede generar conflictos si no se habla abiertamente.
La sexualidad debe ser un espacio seguro, no una obligación. Escuchar al otro sin presionar ni culpar es el primer paso.
No se trata solo de «hacer el amor», sino de reencontrarse: una mirada, una caricia, una cita improvisada pueden ser el comienzo.
El deseo necesita estímulo. Probar cosas nuevas puede reactivar la curiosidad y la conexión.
La intimidad va mucho más allá del sexo. A veces, mejorar la comunicación, la confianza o resolver conflictos pendientes cambia por completo el panorama sexual.
La terapia de pareja o la terapia sexual pueden ser clave para entender lo que pasa y desbloquear el deseo desde la raíz.
La falta de deseo en la pareja no es el fin del amor ni de la relación. Es una invitación a mirarse con nuevos ojos, a escucharse desde otro lugar y a reencontrarse en lo íntimo, sin presión ni culpa. El deseo puede volver, pero no suele hacerlo solo: necesita cuidado, conciencia y conexión.
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